¿Quién coño prohibió a los Beatles Rosillo?



El profesor levantó la mano. Miro desde el podio y lo veo debajo de su gorra como en una queja: ¿Por qué prohibieron a los Beatles?  Pregunta. Soy panelista, unos 20 años más joven que este hombre aún dolido por una prohibición absurda y añosa.

Ya Lennon se ha sentado en su propio parque en La Habana  y en la radio suena su música y se hacen libros, hasta McCartney estuvo en Santiago pero aquel hombre saca su dolor y lo pone delante de todos.

El absurdo es, ya lo dije, viejo y otra vez absurdo, Ni los Aldeanos, ni Willy Chirino o Celia Cruz son menos escuchados. Al contrario, pocos discos como Oxígeno de Willy Chirino,  se han ¨consumido¨ tanto en Cuba. Hasta directivos dejan rodar en los altavoces de sus Uaz, de manera casi irreverente alguna canción del cubanoamericano.

Se nos cuelan por debajo de la puerta, se nos descongelan encima, por eso la pregunta solo abre debate en el cine La Maya y la gente suma al profesor inquietudes que viven en la sociedad cubana, o suman otros asuntos  como   el letargo casi forzoso del sonido  llamado tradicional.

¿Hasta qué punto el Country o el jazz son música tradicional norteamericana?  La cuestión  nace en un tipo con oído de águila, pero ciertamente ellos mismos a veces crean categoría, dice Gonzalo González, el periodista, investigador y hombre de la discográfica Egrem.

Cierto, pero mientras el Buena Vista Social Club arrasaba en el mundo, los cubanos preferimos la timba, y mientras Eliades Ochoa se alza con un Grammy, aquí se prefiere al Micha. Es un tiempo de tránsito, dejamos de ser analógicos pero los premios  siguen hablando de discos, se vende en plataformas digitales y los músicos siguen ganando¨ poco¨.

Recuerdo a David Byrnes, según el músico y productor en el rejuego con las disqueras reconocidos, enormes,  artistas como MC Hammer, Michael Jackson, Ramones, Sly Stone, Seal o Toni Braxton tenían deudas con sus disqueras.

Hablo  de todo esto para sumar tres cosas, el trabajo de los medios en Cuba, los gustos populares, el papel de las disqueras y su verdadero influjo en la música. Todo eso fluye en el evento Eduardo Rosillo, en Songo - La Maya.  Un sitio pequeño, lejano y donde quizá no imaginan hubiese tal pensamiento, pero si, se pide en la misma sala mejor tratamiento a la nueva trova desde los medios, espacio para cantantes como Olga Guillot o Celia Cruz o la vuelta a casa de los restos de Eduardo Rosillo Heredia.

Con todo el respeto, con datos, videos, autoridades del territorio y un café portero. Poetas, pintores, y gente común en el mismo espacio y uno, bueno me tocó, encima, en el stage frente a un hombre que trabaja con la disquera más importante del país, mirando a aquel profesor  y me repito la misma pregunta ¿cómo coño se les ocurrió prohibir a los Beatles Rosillo? Por suerte aplauden  y nos vamos a almorzar.

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