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Mostrando entradas de enero, 2017

O Etecsa o el tipo de la calle, eh ahí la cuestión

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a) Te quieres conectar   a internet.   Vas a la oficina de Etecsa y: hay poco personal,   la cola puede que sea fuera, hay sol, puede que esté mala la conexión   o esté cansad@ quien va   atenderte y   tengas que esperar (más),   alguno que otro se porta mal (quizá no), te querrán vender en la cola lo inimaginable y suma que esa línea de personas podría retenerte hasta una hora y media, en el peor de los casos dos ¿Más? Si te llega el horario de almuerzo,   es lógico,   los De Etecsa son humanos, a l m u e r z a n, así que o esperas a la tarde o a la otra mañana, si optas por un nuevo dìa ya la cola no será lo mismo, de modo que tendrás que volver a la enumeración del primer párrafo, o quizá te toque el   momento de la conexión lenta, el   del cansancio humano del personal o un amigo del amigo del primo de fulano quien por magia debe ser entendido antes. Todo por internet. b) Te quieres conectar a internet, conoces el sitio, vas con tu cell, tu tablet , la cosa

La muerte de Alberto Luberta

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¨Alberto Luberta no tenía un solo pelo negro   en la cabeza¨, me dice David López un campesino del consejo Popular de Los Reynaldo, comemos en el restauran Doña Yuya. Hay bistec y costilla de puerco, silencio y baladas cursis, no hay moscas, el aire acondicionado ronronea   y una trigueña que debe ganar a lo sumo 400 pesos trata de comportarse mientras bebemos otra cerveza. Trato de hablarle de   lo bien que le ha ido a este hombre en su cosecha, de cómo puede invitarnos a seguir bebiendo cervezas de 25 pesos cada una e insiste. ¨Ese hombre era lo más grande¨, dice. Y Luberta   solo se le aparecía cada tarde noche, en medio del monte, en la voz de gente sin rostro. Rosillo comenzaba :¨Aquììì Radio progreso presentandoooo… ¨   y este hombre prefiere hablar del programa radial, de los minutos que reía mientras Arredondo, Miravalles, Aurora.. Toda esa gente le llenaba la vida. Radio es eso. Cuba no es solo Tropicana, El Vedado, el Festival de Cine. Hay todo un país más al

¿Volvieron los Reyes Magos a La Maya?

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 En todos mis años en Cuba me ignoraron siempre Los Reyes Magos, me pasaron la cuenta, mis padres tenían su carnet atravesado en la ventana ; p ara bien supongo, y no pasaron nunca los tres Reyes y los juguetes me llegaban de opcional a principal sin más señales que los tiques, el número que nos tocaba y la tarjeta de ropa. Pero este año mi hija comenzó preguntando cuál de los Reyes respondían al teléfono y jugué con ella a que no existían y me pidió, que sí, que existieran. Suerte que su hermano, un católico consuetudinario, quien aún se mueve en la posibilidad real de convertirse en cura,  dejó que entrar a los tres, y entre mirra y palabras colocó sobre la almohada de Claudia los regalos que supuestamente traerían Gaspar, Melchor y Balta z ar. La niña se levantó feliz. Pero también está la iglesia, ahí los niños recibieron con unos previos tiques regalos, y estregaron dibujos que pintaron en sus casas. Decenas de muchachos de la escuela pasaron al templo, muchacho