Van Van nos puso la cabeza mala
Cuando el huracán Sandy pasó por
Songo - La Maya dejó más de 300 postes eléctricos en el suelo, cafetales
devorados, quemados por la ventisca, miles de casas derrumbadas e incomunicado
el pueblo con el resto del país.
Durante más de 20 jornadas solo
funcionaron radios con baterías o los sitios con grupos electrógenos, como era
de esperar, los carnavales de 2012
quedaron en los deseos y la gente tuvo que conformarse con algún que otro altavoz
y un poco de cerveza, solo el 3 de abril de 2013 fue posible esanchar el alma,
ese día, a las nueve de la noche
actuaron Los Van Van en La Maya.
Días antes del concierto se instaló
un audio de 13 kilos en Pedro Ivonet, el rumor ya era noticia y circulaba de
sitio en sitio, los había quienes recordaban las visitas de Jorge Leliebre y Jenny
Valdés al Ramón de las Yaguas, algunos fans sumaban en los diálogos las veces
que los escucharon en un lugar u otro: En Martí y San Pedro, Trocha, Carretera del Morro, Calle k ,
La Alameda , El Club Segundo Congreso y la Plaza de la Revolución Antonio Maceo.
Los Van Van eran el furor, todo los vientos del ciclón eran casi nada, el dolor
se calmaba ante tal suceso.
El tren en La Maya
Horas antes del concierto ya cientos
de hombres y mujeres rondaban el sitio, seguía toda esa manera de
pensar; Los Van Van, aquella leyenda, estaría en la Maya. La tarima, a eso de
las ocho quedó rodeada por un anillo de gente, la cerveza pasaba de mano a mano.
La música se lanzaba sobre los presentes que curiosamente bailaban poco, esperaban
más bien.
Los primeros en llegar el día de la actuación
fueron los utileros y Francisco Formell, el representante quien fue hasta la
radio y anunció que Juan estaba entero, ningún rumor hacía mal al maestro, o
pesaba con verdad sobre él. Estaría en La Maya y se le esperaba.
Ya a eso de las ocho y tanto los
músicos, comenzaron a subir a escena, uno
a uno; todo estaba servido, los instrumentos afinados, el audio a
tono con el suceso. Desde la radio se pretendía grabar y trasmitir el concierto.
Antes de las nueve dos locutores
de Radio Sonido SM estaban en tarima, la gente se apretaba de manera increíble en
todas partes: en el techo de la terminal de ómnibus, las casas a la derecha de
la tarima, incluso en el parque detrás del edificio a la izquierda, era un mar
de gente, se dice que estaban allí más de 15 mil personas¨ Es el suceso
cultural más importante de los últimos tiempos¨ dijo Ana Santos , directora de
cultura. y al parecer era real: el dolor por el paso de Sandy, las casas roídas,
la depresión se iban a pique, el Tren estaba en La Maya.
La Maya es Van Van
Una de las cosas más impresionantes
del concierto fue la entrada de Formell. Había, como es lógico mucho ruido, sin embargo, cuando Formell logró salir de entre los abrazos, cuando su mujer le dejó ir con
un beso, el público dio un aplauso
atronador; fue el saludo al grande, el
respeto de un público que lo había esperado más de cuarenta años.
Jorge Miguel Gaínza, programador de
la radio local y vanvanero consuetudinario lo había anunciado, va a ser grande
y lo fue: Los Van Van arrancaron con la Maquinaria y mantuvieron por casi dos
horas al público de alucinación en alucinación.
Fue perfecto, han dicho muchos, ¨Solo me duele que no hicieron el Popurrit¨ dijo el programador de Radio Sonido SM , pero lo cierto es que Van Van sonó en grande y aun cuando no se permitió trasmitir en vivo, locales lograron dejar testimonio y Yorbelis Bidabul, un, cámara aficionado, filmó todo el concierto.
Sandy, el mayor huracán que haya
pasado por esta tierra, la llamada Tormenta del Siglo, no pudo con tanta alegría ¨ Yo quería que mi
hijo viviera dos cosas¨, dijo Ángel, un trabajador de gastronomía, ¨quería que
viera un ciclón y que a viera a Los Van Van en vivo y ya fue, me puedo morir
tranquilo¨.
La actuación terminó casi a las 11 de
la noche, brillaron todos, aunque el punto máximo lo logró Jenny Valdés con La
Costurera, pero se recibió de manera rotunda a Mandy Cantero, era como que el bailador
decía ¨Sí ¨a la nueva voz.
Al culminar, no hubo trifulcas, algunos pensaron que llegaría
lo temible, el dolor del ciclón y la euforia podrían hacer una mezcla explosiva
y no, la gente se fue a su noche, la alegría se veía en todas partes, hubo quien
siguió de fiesta con amigos, el Tren Había pasado por La Maya con toda esa
alegría y no podíamos otra cosa que bailar y cantar; era como si entendieran
aquello de Aquí el que Baila gana, y bailaban La Sandunguera y el Temba … y a hasta los que no creían en el El Tren lo supieron : Hay Van Van por mucho
tiempo, porque esta gente Te pone la cabeza mala.
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