La felicidad, el derecho humano de Dania
¿Cómo es el mundo de un
ciego?, si no ve a los perros atravesados en el medio de la sala, las moscas
devorando un pastel allá donde el sol cruza la ventana y repica en mis ojos, en
los ojos de esta mujer pequeña.
Me parece raro y mágico todo,
Ella lava en una Aurika y su esposo le
ayuda, es ciega total, él ve tanto como para tostar maní, embasarlo en pequeños
cucuruchos y salir en las noches por La Maya a vender, de eso viven en parte.
La casita es modesta, no veo equipos flamantes, no hay siquiera mucha luz, solo
los dos perros salchichas parecen mirarnos con fijeza.
Dania Vázquez Hernández me invita a pasar, me dice que no
hay café y trae del cuarto la máquina de escribir en sistema Braille. Es un
arma. Dania Se jubiló por problemas con la cervical y me dice que le daban mareos y unido a la ceguera
era muy complicado, ella entra a casa y su esposo sigue con el ronroneo de una
lavadora aurika con las dos partes
intactas, me pregunto si servirá la secadora. Desde el vecino entra música, han fumigado hace poco, el olor
pesado casi me espanta, el ruido de los fumigadores vuelve a veces traído por el aire.
¨Tengo una jubilación estoy casada¨,
dice ¨ mi esposo es cuentapropista, es de baja visión. Le pregunto por su
máquina ¨ es de sistema braille, me la dieron en la escuela especial en la Habana
¨
Trabajo
¨Antes de jubilarme mi
función era enseñar el método de lectura y escritura para ciegos y
la promoción de libros, pero me faltaban
las máquinas, los punzones, las hojas especiales, era difícil la enseñanza,
allí solo había una máquina y era la que yo llevaba, no entran a Cuba por el
bloqueo¨
¨Soy escritora para la
Asociación
Nacional de Ciegos y Débiles Visuales, (ANCI). Me desarrollo en el ámbito
de la cultura y continúo trabajando para los ciegos, soy miembro del ejecutivo
municipal y el consejo provincial de la ANCI.
¿La mala educación?
Como ciega, el estado se ocupó
absolutamente de mis estudios, lo difícil es obtener los medios, los casetes,
por ejemplo. Casi nunca había y teníamos que borrar y volver, si la máquina se rompía
era un tremendo problema, he tenido que escribir en cartones por falta de papel.
La radio, el trabajo
La radio es una de mis esferas,
atiendo relaciones públicas en el territorio desde la ANCI y atiendo el hogar,
tengo dos hijos maravillosos que he atendido siempre y mi casa.
¿Feliz?
No tengo frustración alguna,
gracias a la revolución, a mi familia, a mi perseverancia he logrado mucho en
la vida y me siento feliz, con mis limitaciones pero me siento feliz.
No me gusta la tanta
manipulación con el derecho humano, pero esta mujer que desanda bajo las matas
de plátano de su patio, ciega y jubilada por enfermedad, aunque joven, licenciada en estudios socioculturales y madre
se dice feliz en Cuba, en Songo- La Maya
y sigue a veces en su radio, en las reuniones con amigos, ese es un derecho
absolutamente humano y ella parece saberlo aprovechar a plenitud.
Dania exelente mujer, madre, esposa,amiga, digna de mucha admiración y respeto.
ResponderEliminar